Noches de verano, de cervezas, y tú.
Tres canciones, un par de carcajadas y otra vez tan cerca.
Sueños compartidos, el mar de fondo, y aprendiendo a no ser.
Aprendiendo a estar.
La canción de correr, la canción de cogerte la mano y seguir adelante.
Sin miedo a saber que la luna por la mañana no estará.
Cantar(te) Verte amanecer y que sepas qué y cómo es la que te sigue.
Que pase el puto tiempo.
Y no movernos.
Planes en invierno, futuros cercanos, y viajes kilométricos.
Llenando el mapa.