Que necesario es volver de vez en cuando a los lugares donde solíamos gritar, y además, querer.
Desde allí nos damos cuenta de en que nos hemos convertido, de lo rápido que cambiamos nosotros y cambian las cosas.
De lo duro que es mirar atrás y ver que tu futuro no es como pensabas que seria.
Ves que tienes un corazón marcado, muy marcado, por cosas, gente, momentos, sensaciones y sentimientos.
Y las marcas van a estar ahí siempre, tienes que saber lucirlas. De hecho, hay gente que dice que los defectos enamoran.
Pero qué difícil es llevar con orgullo lo que te hizo daño, y como cuesta presumir de algo que ya no es lo que era.
Los cambios siempre son a mejor, supuestamente, pero quien diga que no echa de menos algo del pasado, miente.
Y echar de menos puede ser bueno o malo. Depende si vuelve o no vuelve. Se queda o se va para siempre.
Joder. Ojalá pudiéramos volver.